13 beneficios científicamente probados de la meditación
Mucha gente asocia la meditación con la espiritualidad y la descarta por ello como concepto válido. Hay muchísimas maneras de meditar y muchas técnicas diferentes. Lo que tienen en común la mayoría: Tienen efectos positivos y directos sobre la salud física y mental. Meditar con regularidad no solamente aporta claridad mental y tranquilidad, también aumenta la fuerza y la energía. A mí me ha dado - en combinación con otras cosas - el impulso para cambiar la forma de ver y afrontar la vida.
¿Qué es la meditación?
La meditación es una técnica para entrenar la mente y para observar y controlar los pensamientos, sentimientos y flujos de energía. Trabaja la consciencia, la atención, la concentración y la imaginación. La meditación sirve para aumentar la conciencia de uno mismo y de lo que nos rodea. Es la herramienta perfecta para trabajar la autodisciplina y para promover la voluntad.
13 beneficios de la meditación
Reduce el estrés limitando la producción de cortisol, la hormona del estrés
Aumenta la memoria y la capacidad de concentración
Produce cambios positivos en el cerebro, ya que fortalece las áreas de los procesos cognitivos y emocionales
Retrasa el envejecimiento del cerebro
Mejora la calidad de sueño
Fomenta la empatía
Fortalece el sistema inmune
Mejora el bienestar
Tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo
Previene enfermedades físicas y mentales
Aumenta la creatividad y el rendimiento
Reduce la ansiedad y ayuda a mejorar estados depresivos
Alivia el dolor y previene el agotamiento
Hay muchísimos estudios sobre la meditación que confirman estos beneficios.
¿Por qué meditar? ¿Por qué medito yo?
La meditación es una herramienta muy potente para conocer nuestro verdadero ser. Ayuda a conocerse mejor y para ser conscientes de nosotros mismos.
Yogi Bhajan, el yogi y maestro espiritual que en los años 70 trajó el Kundalini Yoga de la India a EE.UU. y de allí a todo el mundo, dijó una vez:
¡Así es! No se trata de sentarse, dejar pasar los pensamientos, respirar 3 veces profundamente y de repente sentirse súper guay. Meditar – para mí – muchas veces es un auto-enfrentamiento conmigo misma, lo cual no es siempre agradable y cómodo. Es sobrepasarse y seguir aprendiendo continuamente.
¿Por qué lo hago? Me lleva al presente y me desconecta del mundo para unos minutos y me aporta tranquilidad mental. La meditación me ha enseñado muchísimas cosas - y sé que me queda muchísimo más por aprender.
Hay muchas técnicas diferentes de meditación y al final es como con todo: Cada uno tiene que encontrar la mejor forma para sí mismo. Yo practico el Kundalini Yoga - el yoga de la conciencia - con sus respectivas meditaciones. Ya os contaré más en otros artículos sobre el Kundalini y os propondré diferentes meditaciones.
En las clases de Kundalini Yoga se suele practicar meditaciones activas, en movimiento, con una respiración específica o con un mantra que se repite. A mí el mindfulness de sentarme y decirle a mi mente que deje de pensar no me ha funcionado nunca. Justo en este momento es cuando me vienen los pensamientos a la cabeza. Las meditaciones con respiraciones, mantras o en movimientos (o todo a la vez) hacen que uno se tiene que centrar muchísimo en la meditación para no perderse. Cada vez que se deja espacio a los pensamientos, se pierde el ritmo y se va fuera del espacio meditativo. Cosa que pasa muy a menudo. Obvio. Pero se trata de no rendirse y volver a empezar de nuevo cada vez que esto pasa.
La meditación – ni se puede ni se debe explicar – racionalmente, es una cosa que cada uno debe experimentar por su cuenta sin enfocarse demasiado en lo escrito.
Al final la meditación no es una forma de calmar la mente o de forzar el silencio – eso es solamente un efecto secundario. No se debe intentar bloquear los pensamientos o alejarlos. Cada intento consciente de evitar los pensamientos es un pensamiento en sí mismo. Se trata más bien de entrar en el silencio que está dentro de nosotros, enterrado bajo miles de pensamientos que pensamos cada día. Se dice que una persona puede tener hasta 70.000 pensamientos por día.
¿Qué pasa en el cerebro al meditar?
Al meditar las interconexiones y conexiones sinápticas se hacen más fuertes, otras se reducen o desaparecen dependiendo de si se utilizan regularmente o no. Esto significa que nuestro cerebro cambia físicamente cuando pensamos, aprendemos y meditamos. Estudios demostraron con la ayuda de los escáneres cerebrales que la meditación permite incluso el crecimiento de ciertas áreas del cerebro.
A mí no me cabe ninguna duda: